Muchas veces desconocemos nuestro futuro.
Muchas veces queremos cambiar el presente
y otras dejamos que este fluya
por la costumbre ,o el miedo
por la nostalgia de algunos momentos
o quizas por la inseguridad
la flaqueza del no saber estar.
Muchas veces estamos tristes
cuando perdemos la alegria.
Otras veces odiamos
cuando perece el amor dado.
Con él se va la valentia
de mirar fijamente a los ojos
se marchan los sentimientos
para ponerse tristes a remojo.
Entonces andamos el camino
por andar paso tras paso
guardando la pena en rutina
en actos de pura apatia.
Muchas veces aguantamos
sabiendo el significado
de esos ojos que ya solo lloran
de esa cara desvaneciendose.
Una cuerda gastada con nudos
en donde alguna vez se rompio
que ahora se va deshaciendo
lentamente descosiendo.
La fuerza de nuestras manos
va enmudeciendose entre la boca
vomitando desdicha penosa
que resulta cara más caprichosa.
El cielo antes azul
se vuelve rojo;
El canto de los pajaros
desafina con apresion;
El viento antes cancion
ensordecedor;
La noche estrellada
vacia;
Las olas del mar
rompen a llorar.
¿Como iniciar la discusion
de la ruptura final?
¿Que decir para abrir
aun más la herida mortal?
Buscamos caridad
en la dulce soledad
hallando la paz
en el mundo onirico.
Otras veces simplemente
dejamos pasar el tiempo
cabizbajos , deprimidos
por sentirnos descomprendidos
suspendidos en la inercia
de nuestras propias acciones
moribundos de necedad
con la esperanza perdida.

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