Se torna gris tristeza, se vuelve verde esperanza. Asoma el Sol por el horizonte, se oculta detrás de nubes negras, que lloran sentimientos, que exhalan almas, que recogen emociones. Esta historia no tiene final. No terminara con odio ni con amor ni con amistad. Del pasado viene, larga, vasta, compleja, pero en el futuro no finalizara. A veces, estuvo en la basura. A veces, cerca del cielo. A veces, templada. Esta historia no tiene un final posible. Es un ciclo que nunca termina. Empieza, se desarrolla y acaba en donde vuelve a empezar. Crece lo mismo que decrece. Se alarga tanto como acorta. Tal vez, solo tal vez, pueda ser la distancia la que la detenga... sin distancia, el ciclo se iniciaría de nuevo. Soy el constructor de dos historias en una sola, el que escucha las partes, el que calma la tempestad o lo intenta. Tengo la misma carga positiva que negativa. Llevo tanto tiempo aquí, entre dos titanes, que soy difícil de definir. He visto mares de lágrimas y no he naufragado.