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Mostrando entradas de noviembre, 2017

DIA 9: HAMACA COLGANTE (Las fuerza gravitacional)

En algún recoveco de la urbanización de Eurovillas vamos Chema y yo, alegres y cautivos por dos cervezas. Ha habido barbacoa con todas sus consecuencias: morcillas, patatas, pancetas, chorizos, filetes, pinchitos… y estamos llenos de la felicidad que la comida proporciona al paladar. Ya conocemos el dicho: la cocina nos hace humanos.  Emocionados como dos inocentes críos que gamberrean por vez primera, nos dirigimos hacia una enorme encina que protege con su fresca sombra algo que siempre suele llamar la atención: la hamaca colgante de la parcela.  Allí estamos mi amigo y yo, revisando las viejas cuerdas de los extremos que sujetan la curvada red a las gruesas ramas de la imponente encina. Sin más dilación, esporádicamente, doy un salto y me encaramo a la hamaca, haciendo que esta se adapte de inmediato a mi voluminoso cuerpo. Como suele ocurrir en estos casos, los actos, carentes de meditación o pensamientos, se encadenan uno tras otro. Chema comienza a dar fuerza a la hamaca,

DÍA 8: PEDALEO

EN CONSTRUCCIÓN, PERDONEN LAS MOLESTIAS   Pedaleo. Pedaleo contra el viento de este noviembre húmedo y grisáceo. El pedal derecho está casi roto, pero no ceso en mi empeño y continúo mandando fuerza al mecanismo que me impulsa. La bicicleta traquetea. La rueda de atrás tiembla y el caucho negruzco roza contra el metal del chasis lanzando un ruido monótono bastante desagradable. No importa, sigo pedaleando contra este año maldito. Me levanto sobre el sillín y me lanzo por una pendiente que desciende. La rueda parece que va a salirse. A la mierda con todo. Me causa indiferencia el dolor que podría producirme una caída. ¿Cuándo me estrellaré contra el cemento y a qué velocidad sucederá? Me siento impávido ante el tajante filo de la guadaña. No temo a la muerte, pues la he encarado en la UCI. La he mirado fijamente cuando el cuerpo de mi madre estaba ambarino, deformado y repleto de yagas sobre aquella camilla. He olido su pestilente aliento cuando la vida abandonó su cuerpo y su pie

DÍA 6: ODIO A MI JEFE

Pero tú que te crees cara ovalada de cabra aliento fétido de Bulldog. Con tu pelo engominado hacia atras, ni que una res obesa te lo hubiese lamido como si fuese la placenta de su recién nacido. Pedo de un centenario con almorranas pelo de un alopécico en ciernes. Con tu chaqueta rayada y tu corbata moderna que te mutila en dos partes la papada bien tierna. Callo malayo de un montañero insano pene diminuto de un roéador astuto. Con tus zapatos brillantes de mil euro, impolutos, como si la vida te fuese en ello. Moho de yogurt caducado de Primero de Rivera verruga henchida de poder y berrea grano anómlao de viscosa pus y vil sebo tumor maligno relleno de mortal veneno. Solo eres un insignificante ser humano, de hecho, lo eres de milagro, pues extraordinariamente raro es que nacieras y que vivo lo hicieras. Botijo deformado sin alma ser desalmado sin forma. Con esos andares de prepotente, sin don de gentes, pero controlándola desde tu posición hirie

Día 7: HEROÍNAS (Dedicado a todas las madres del mundo)

EN CONSTRUCCIÓN, PERDONEN LAS MOLESTIAS Tenéis que saber que existen heroínas entre nosotros. Se sientan a nuestro lado. Sonríen y hablan como las demás personas. Su apariencia es similar: andan, ríen y llevan vestidos y faldas. El principal deseo de las heroínas es aparentar que nada hay de especial en sus vidas, que son como los demás. Suelen salir corriendo cuando salen del trabajo, porque ellas son multifacéticas y tienes otros quehaceres, mucho más importantes que cualquier trabajo. Tenéis que saber que he conocido a una heroína este año. De inmediato supe que algo había en su forma de mirar especial. Elena es su nombre, o Helena, “Aquella que brilla como una antorcha”, “Aquella que arde o resplandece”. La conocí sentada en su puesto de trabajo, con unos cascos negros puestos en la cabeza. Llevaba una falda vaquera azul y un top ajustado que le cubría los senos. Desde el primer momento, me sentí cautivado por su mirada: penetrante, alegre y triste a la vez, d

DIA 5: LAGRIMAS DE BARRO (Canto al planeta)

Eres la madre Tierra, nuestra madre, la de todos, la que nos hizo y, algún día, nos deshará.    Madre Tierra, de piel morena, como el polvo del aire que respiramos o la arena que bajo nuestros pies pisamos.  Son tus manos de la misma arcilla con la que nos moldeaste. Son tus ojos tan profundos como los secretos que aun guardas en tus eternos recovecos fecundos. Tus rasgos, llanuras y colinas; tu finura es nuestra bravura.  Madre Tierra: ¿Porque lloras lagrimas de barro?  Veo en tí el dorado del Sol y el naranja de la fruta, el amarillo de las cosechas y el rosa de un placido cielo vespertino, el rojo del coral y el azul de un oceano infinito. Madre Tierra, si has de llorar, llora. Te comprendo. Nadie piensa en ti como antaño se hacía; nadie te respeta ni mira a los ojos; hemos perdido el contacto contigo.  Si continuas con tu intenso llanto, nadaremos primero en tus lagrimas, hasta que éstas transformen la tierra en arcilla. Entonces, nos hundiremos en la oscuridad del lodo hasta e

DIA 3: CARAVANA AL INEM

EN CONSTRUCCIÓN, PERDONEN LAS MOLESTIAS   Hay una caravana lenta e inacabable,demencial. Son las 8:45 de la mañana y Madrid parece un hervidero desordenado de taxis, coches, motos y autobuses. Al despertar a las 8:10, pensé en que las calles todavía estarían pernoctando, sin servicio para los humanos, acurrucadas,como amontonadas en el lugar en donde las carreteras duermen. Pero no, me había equivocado, de cabo a rabo. A las 8.30, tras tomar café y salir al exterior sintiéndome endeble por haber descansado un número de horas tacaño, insuficiente, compruebo que todo esta vivo, como si nada ni nadie hubiese dormido. Los niños corren en manadas al los colegios. Los coches abandonan los garajes y rugen por las vías de cemento. Las motos cantan sus melodías ensordecedoras. Los taxis se deslizan ágilmente para recoger a los clientes más madrugadores. Las furgonetas aparentan estar ávidas, abriendo sus puertas traseras para empezar con la faena matutina. Las farolas, desveladas con

DIA 2: AÑORANZA

EN CONSTRUCCIÓN, PERDONEN LAS MOLESTIAS   Estaba acostado,dormitando, y me di la vuelta hacia el lado derecho, su lado, para ponerme boca abajo, con la cara aplastada contra la almohada. Fue entonces cuando uno de sus pelos largos se pego a la piel de mis mejillas, recordándome, de súbito, lo mucho que la echaría de menos. En el cuarto de baño, veo sus anaranjados pelos largos dispersos en el lavabo, como si estuvieran descansando en la pendiente curva de la porcelana morada. El mueble, repleto de decenas de botes de limpieza, cremas, utensilios de depilación, jabones, colonias, lacas, espumas y un largo etcétera, subrayan con claridad la presencia de una mujer, la misma a la que yo habré de echar de menos. De la multitud de utensilios del aseo, solo tres suelen ser míos, a saber: maquinilla de afeitar, after shave y colonia. Me encanta que así sea, el contemplar los cajones del mueble y ver que casi todo es suyo. Entender mi sencillez, pero también, abarcar su complejidad. Su fo

DIA 1: Escribir, ¿Por que escribir?

EN CONSTRUCCIÓN, PERDONEN LAS MOLESTIAS   Escribir... ¿Por que escribir? Escribo porque soy una letra que quiere unirse a otras en una palabra y crear una frase para llegar a formar parte de una oración. Escribo porque forma parte de mí, porque me desahogo, porque libero la mente, porque alcanzo la paz, porque sin escribir dejaría de existir. Escribo para darle forma a los pensamientos, ya sean rojos, azules, anaranjados, amarillos o violetas. Escribo porque escribir para mi es, sencillamente, vivir. Escribo porque es la única forma que tengo de hacer pie en el foso de mi piscina. Cada palabra que suelto es un litro de agua que achico. Lo mismo sucede con mi basurero, en donde las palabras son escombros, o con la piel, en donde las mismas se convierten en jirones. Escribir para mí es una forma vital de evitar el colapso, de poder dormir con la cabeza “vacía”, de dar pasos firmes, con seguridad. Escribo porque en ocasiones, la inspiración me visita y me pone una afilada hoz