Pero tú que te crees
cara ovalada de cabra
aliento fétido de Bulldog.
Con tu pelo engominado hacia atras,
ni que una res obesa te lo hubiese lamido
como si fuese la placenta de su recién nacido.
Pedo de un centenario con almorranas
pelo de un alopécico en ciernes.
Con tu chaqueta rayada y tu corbata moderna
que te mutila en dos partes la papada bien tierna.
Callo malayo de un montañero insano
pene diminuto de un roéador astuto.
Con tus zapatos brillantes de mil euro, impolutos,
como si la vida te fuese en ello.
Moho de yogurt caducado de Primero de Rivera
verruga henchida de poder y berrea
grano anómlao de viscosa pus y vil sebo
tumor maligno relleno de mortal veneno.
Solo eres un insignificante ser humano,
de hecho, lo eres de milagro,
pues extraordinariamente raro es que nacieras
y que vivo lo hicieras.
Botijo deformado sin alma
ser desalmado sin forma.
Con esos andares de prepotente, sin don de gentes,
pero controlándola desde tu posición hiriente.
Aquí seras algo,
más fuera no llegas a
mota de polvo
cucaracha
garrapata
liendre
o asesino de galgos.
Tu perfume, por muy caro que sea,
huele a pescado podrido.
El color artificial marrón de tu piel rayos uva
recuerda al tono de un vulgar mojón.
Solo un humano, me reitero,
eso eres tú.
Sin principios ni ideales,
únicamente con el afán de amasar
mas y mas dinero.
Piensas que tienes el cosmos bajo tu control,
pero lo cierto es que éste nunca llegara a saber
que algo como tú vio la luz aquel día tormentoso.
Mientras mas te creas, menos seras.
Todo tu dinero no es suficiente
para comprar ni siquiera
un solo grano de felicidad.
El precio de la felicidad
se mide en emociones
y en tu caso,
estas solo son conmovidas por el dinero.
¡Moco grosero!
Eres la secreción exacerbada
de una ballena constipada,
la flema de un yonki moribundo.
la caquilla que prevalece bajo las uñas,
la lefa de un eunuco,
el cerumen del submundo,
la zurrapa de los calzoncillos,
el sarro de todos los cepillos.
Te encantara saber
que cierren como cierren tu ataud
y sea del material que sea
te devoraran los mismos gusanos que aun pobre
y lo harán con el mismo gusto.
Porque la carne,
se vista como se vista
y venga de donde venga
carne es y sera por siempre.
Tu dinero en la nada no valdrá nada,
¡Te jodes!
Eres el asco que le da
al mismismo asco.
Su pelo es como un suave cielo nublado de cirros resbaladizos que se mueve con gracia y elegancia. No en vano, tocarlo es similar a arrullar la bóveda celestial, pasando los dedos por entre sus rizos como si con las nubes a mi antojo pudiese jugar. Si, es ella, la misma que he nombrado una y otra vez por entre estas paginas, año tras año, día a día, silenciosamente, como si fuese un secreto constante y omitido al que solo mirar desde la lejanía me estaba permitido, deseándola con un anhelo tan poderoso como la mismísima fuerza de la gravedad. Esa gravedad de la que hablo, siempre atrayéndome hacía a ella, ahora me mantiene pegado a su cuerpo de sinuosos valles y bellas colinas. Ese anhelo al que me refiero, fruto maduro de forjar el largo paso del tiempo con una afluencia infinita de sonrisas, enmudecimientos y conversaciones. Ausencia de palabras que no pueden cumplir su cometido. Impotencia de un corazón que ha vibra...
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