Ir al contenido principal

DÍA 11: HORMIGUERO SOBRE RUEDAS (Insectos sorprendentes)



Una goma del pelo, color verde.

Tres o cuatro horquillas.

Ceras de colores.

Rotuladores de traza gruesa.

Un calcetín rosa.

Monedas de uno,dos,cinco, diez y veinte céntimos.

Una cantidad de mugre inimaginable.

Recuerdos. Fragmentos de memoria que se resisten a desaparecer. Me hablan de Madrid. Me cuentan, explícitamente, lo que mi vida ha cambiado de un año para otro, y yo lo acepto, sin querer cambiar nada, ya ni siquiera mi brazo, porque lo que no te mata te hace más resistente a la muerte, y aquí sigo, vivo y coleando, como un macaco japones que casi se congela por las noches para ver otro amanecer más.

A las 16:00 de la tarde del 14 de abril, estoy limpiando el Peugeot por dentro. ¿Cuando fue la última vez que hice esto? Podría asegurar que ha transucurrido casi un año, y no seria exagerar.

En el "Elefante Azul", quito las cuatro alfombrillas del sucio y moteado suelo del coche y las golpeo contra una reja cuya función es esa: sacudir la mierda. La vibración del metal repica y las motas de polvo se esparcen por el aire formando una nube de partículas grises que acaban por el suelo.



El coche es una bazofia andante y tengo que sacar toda la guarreria de un año de su interior.

Abro el maletero y recuerdo que éste panorama que se presenta ante mí es la razón de que este aquí. Más que por el panorama, es por lo que me hace sentir cuando lo contemplo: vergüenza pura y dura.

Parece un autentico basurero de capital, repleto de restos de todo tipo: trapos, bolsas, bolígrafos, un calcetín cochambroso, una botella de plástico arrugada, un chaleco amarillo en el que parece que han defecado, las pinzas de la batería revueltas, los triángulos medio abiertos, una colchoneta hinchable acartonada.

Lo peor es que bajo toda esta suciedad hay una capa de restos de patatas fritas, gusanitos y sobras de comida que se extiende por todo el fondo del maletero, como si fuese el permafrost de una tundra salvaje.

Vacío el maletero de mierda, incluyendo una piruleta roja en donde pone "Te quiero" y unas palas verdes de playa que están sin usar.

De repente, noto que algo se mueve. Es muy pequeño y avanza sobre el forro del maletero: una hormiga. La sigo con la vista y, justo por donde termina el cobertor peludo, por la esquina anterior del maletero, ella se cuela y desaparece bajo la cobertura que hace siglos que no levanto.

Sorprendido por el extraño acontecimiento, levanto el cobertor y es cuando me encuentro con una escena demencial: en la parte trasera del maletero, pegada a la esquina, hay una enorme hilera de hormigas que va y viene con una actividad incesante. Muchos de sus miembros llevan diminutos trozos amarillos de patatas o rojos de azúcar de la piruleta.

Estoy flipando en colores, una mezcla de "No me lo creo" y "¿Como es posible?".

Levanto más el cobertor y compruebo que las hormigas han tomado mi coche. Sigo con la vista la hilera y veo que ésta se introduce detrás de los protectores laterales del maletero. Quito los plásticos que sujetan el lado derecho y aparto el cobertor: hay más hormigas, centenares, que forman una columna negra de patas y cabezas hambrientas. La fila multitudinaria avanza y se introduce bajo los asientos traseros del coche, perdiéndose de mi vista y dominios.

¿Hay un hormiguero en mi coche?

¿Donde esta la reina?

¿Pueden las hormigas tener larvas en algún lugar que no sea bajo tierra?

En realidad, esta sorpresa me encanta y me hace pensar en estos insectos sociales, en como se adaptan a todo, incluso a un coche, pasando desapercibidas más de ocho meses. Con razón, llevan en el planeta unos 120 millones de años. Uno nunca se acostará sin recibir una lección de la fantástica naturaleza.

Sintiéndolo mucho, voy a tener que destruir éste pequeño reino que las hormigas han credo en mi coche.

Comienzo a aspirar las alfombrillas, el suelo y los asientos. después, me pongo con el maletero y mis pequeñas compañeras invisibles de seis patatas desaparecen. La colonia queda seccionada y los individuos restantes corren dispersos e histéricos. Quito el cobertor y limpio a fondo. Cuando todo queda pulcro y vacío, coloco las palas, los triángulos, el chaleco y las pinzas. La verdad, así da gusto.

Antes de tirar el resto de deshechos, observo como el plástico transparente de la enorme piruleta esta agujereado y falta un buen cacho de caramelo. Increíble.

Casualidad o no, el año pasado estuve un tiempo pensando en hacer un terrario de hormigas, y resulta que lo llevo conmigo desde hace un tiempo incontable.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Muy firky el video! Me he reido mucho.

Entradas populares de este blog

ABRÁZAME

Su pelo es como un suave cielo nublado de cirros resbaladizos que se mueve con gracia y elegancia. No en vano, tocarlo es similar a arrullar la bóveda celestial, pasando los dedos por entre sus rizos como si con las nubes a mi antojo pudiese jugar.  Si, es ella, la misma que he nombrado una y otra vez por entre estas paginas, año tras año, día a día, silenciosamente, como si fuese un secreto constante y omitido al que solo mirar desde la lejanía me estaba permitido, deseándola con un anhelo tan poderoso como la mismísima fuerza de la gravedad.  Esa gravedad de la que hablo, siempre atrayéndome hacía a ella, ahora me mantiene pegado a su cuerpo de sinuosos valles y bellas colinas.     Ese anhelo al que me refiero, fruto maduro de forjar el largo paso del tiempo con una afluencia infinita de sonrisas, enmudecimientos y conversaciones.     Ausencia de palabras que no pueden cumplir su cometido.     Impotencia de un corazón que ha vibra...

Anduve

Anduve por la Tierra y contemplé el cielo mil veces, más el infierno presencié en otros mil reveses.  Anduve   por caminos despejados dispares, más por la jungla me vi obligado a abrir senderos de pesares.  Anduve y   anduve y anduve, y respiré el preciado aroma de las flores, sentí en mis pies descalzos el desgarro de vidrios   torturadores; mi piel se quemó bajo el sol ardiente, mi sangre se congeló a ras de un glacial imponente.  Anduve por la tierra y fui amado, más amar pude en m uchas ocasiones y eso hice, calmado. Transporté entre mis manos arena de playa delicada y fina,más zarzas punzantes rasgaron de sus palmas ambas lineas de la vida. Me miró un ejercito de ángeles hermosos, mientras al unisono me escrutaba una caterva de tuertos belicosos. Fui un enano, pero también un coloso. Tarde o temprano, tuve que enfrentarme a un oso.  Anduve y continué caminando por este sendero sinuoso , viendo a cada metro, desde el lindero, que se ...

DIARIO DE UN CABESTRILLO

Crack (01/08/13): ... no tardamos ni cinco minutos en irnos al agua. Me ducho y me tiro de cabeza. Es un gran placer bucear bajo el frescor que proporciona este líquido tan vital para nosotros. Lucia esta chapoteando, David nos hace ahogadillas y Elena más de lo mismo. Es cuando esta última nos pica para que nosotros, los tocayos, echemos una carrera a croll. Nos orientamos hacia el ancho de la piscina. Elena cuenta hasta tres y nos impulsamos con virilidad en el bordillo para cruzar la ida de la competición casera. Vamos rápido, con brazadas potentes que lanzan bastante agua hacia la superficie. Cuando llegamos al otro bordillo, miro a mi izquierda un segundo y veo que estamos empate. Sin detenerme ni pensarlo, turbado por la carrera, saco el brazo derecho del agua, toco el bordillo y giro el cuerpo para propulsarme con las piernas. Es cuando sucede lo que nunca hubiera imaginado. ¡CRACK! Y un dolor indescriptible se apodera de mí. Me detengo en el acto chillando y me mante...