España es un país lleno de fascistas. Según el diccionario de la Real Academia, Fascismo es el Movimiento político y social de carácter totalitario que se produjo en Italia, por iniciativa de Benito Mussolini, después de la Primera Guerra Mundial .
El fascismo surgió por vez primera en la Italia de Mussolini (1922). De ahí, fue adoptado por la Alemania Nazi de Adolf Hitler (1933), y por ultimo, paso a la España de Francisco Franco (1936), extendiéndose en el tiempo hasta el año 1975.
El fascismo suprime la diversidad política con un solo partido. Toda la fuerza de un estado fascista se concentra en un único líder. La propaganda, la violencia y la represión son utilizadas contra el pueblo para lograr un control sobre el mismo. Este control se basa en el miedo. Fascismo, militarismo e imperialismo son conceptos que van unidos.
Como decía, España, un país democrático en donde las personas homosexuales (por ejemplo) pueden cambiar de sexo o casarse, esta lleno de fascistas. Das una patada a una piedra y saltan de debajo 10 o 15 fachas. Vivimos en un país que engaña: a primera vista, parecemos una sociedad moderna, civilizada, abierta y tolerante, pero la pura realidad se ubica en el extremo contrario. La razón, latente, se encuentra en el subconsciente de la población española. Esta razón, ni más ni menos, se basa y alimenta de los 36 años de dictadura que sufrió nuestro estado. Desde 1939 hasta 1975, el pueblo español fue reprimido y enfrascado en un cubo hermético. Ese cubo tenía un solo dueño, Francisco Franco, el mayor dictador que ha tenido España en toda su historia. Tanta represión tiene sus consecuencias, y estas todavía suspiran en la parte más profunda de la mentalidad del pueblo. El fascismo del que hablo sobrevive en las honduras de la mentalidad de la gente. Aquí, nadie parece racista o xenófobo, y nadie afirmara que lo es, pero en el fondo, muchas personas aun discriminan sin contemplaciones la homosexualidad o el color de la piel. El sentimiento aun queda, como la raíz de la maleza que ya ha sido cortada.
Dejando a un lado la política, izquierda o derecha, considero una absoluta vergüenza que en el siglo 21 todavía sigan existiendo estas tendencias equivocadas. Más que tendencias equivocadas, son tabúes mentales, murallas alzadas en contra de la libertad, construidas ladrillo a ladrillo con la esencia del odio y el miedo recibidos en la dictadura vivida. Alguien que odia a una persona por su orientación sexual tiene una grave dificultad consigo mismo. Probablemente este acomplejado y tenga la mentalidad corrompida. El problema lo tiene él mismo, ya que no respeta la libertad de sus semejantes. Juzgar a las personas por el color de la piel, la forma de los ojos o cualquier otro rasgo distintivo racial, constituye una de las pantomimas más descarnadas y ridículas del ser humano, y por desgracia en este país, esa pantomima sobrevive entre nosotros.
Escrito el día 01/10/07
"Partido Popular >>> Alianza Popular >> Ex ministros franquistas"
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